Picture credit score: © Daniel Kucin Jr.-Imagn Photographs
Traducido por José M. Hernández Lagunes
Sería difícil exagerar hasta qué punto los nuevos datos de Statcast que detallan la inclinación, el ángulo y la dirección del swing de los bateadores, nos ayudan a entender el juego. No es exagerado decir que, por primera vez, podemos visualizar realmente el swing del bate y comprender las múltiples facetas del bateo. Si la llegada de los datos de velocidad del bate y longitud del swing (la primavera pasada) fue para el bateo lo que la llegada de PITCHf/x fue para el pitcheo, y si los datos de postura e intercepción (nuevos esta primavera) son el equivalente a cuando Statcast se puso en línea y obtuvimos la capacidad de medir la velocidad de giro y el punto de liberación, los nuevos datos son como cuando obtuvimos la capacidad de comparar la dirección de giro medida con el movimiento observado y de medir los ángulos del brazo. Sin embargo, para el pitcheo, quizás estas novedades fueron la cereza en el pastel. En el bateo, la información más reciente es más como el pastel en sí; ya no tenemos que atiborrarnos de cereza.
Esto se debe a que batear es una tarea reactiva y tridimensional, tan diferente en dificultad como lanzar un misil y diseñar un sistema de defensa antimisiles, y necesitamos datos que nos ayuden a visualizarlo todo. Es elementary saber qué tan rápido batea Oneil Cruz, pero sin comprender con qué rapidez inicia ese swing, el ángulo que describe su bate al recorrer la zona de bateo o la forma en que se dirige a la pelota al hacer contacto, estamos incompletos. Podemos trabajar a la inversa, a partir de las velocidades y ángulos de salida, las tasas de abanicadas y fallos e incluso la frecuencia de los swings, pero para comprender completamente a cada bateador y sus encuentros con cada lanzador, siempre hemos necesitado lo que tenemos ahora.
Si bien Statcast aún no nos proporciona mapas de calor que muestren la distribución de los ángulos y direcciones de ataque o las velocidades de swing, como sí puede hacerlo con el movimiento y la ubicación de los lanzadores en cada lanzamiento, estos datos son suficientes para que podamos empezar a crearlos nosotros mismos. Con datos concretos sobre los ángulos de ataque (el ángulo vertical del barril en el punto de intersección del swing con la pelota) y la dirección de ataque (el ángulo horizontal del mismo, en relación con la trayectoria del lanzamiento), podemos determinar qué combinaciones de estos números conducen a resultados positivos y cuáles no. Como parte de su lanzamiento, el centro de intercambio de datos de la Liga (Baseball Savant) ofreció otra estadística llamada “% de ángulo de ataque excellent”, que es el porcentaje de swings con un ángulo de ataque entre 5° y 20°. En términos generales, ese es el rango correcto para usar, o bastante cercano. (Después de todo, a todos nos gustan los números redondos). Sin embargo, una de las ventajas de estos datos es poder adaptar el análisis del bateo a cada individuo: primero a los bateadores, luego a los enfrentamientos que sus swings forman con los lanzadores y su repertorio.
Haremos mucho de eso durante el resto del año. Sin embargo, antes de llegar a ese punto, quiero realizar un análisis de n- grande de estos datos que mejore el simplificado “% de ángulo de ataque excellent”. Como te imaginarás, no todos los ángulos de ataque son iguales. Cada bateador tiene su ángulo de ataque excellent, y el ángulo de ataque más productivo depende tanto del individuo como de la dirección del ataque. Dividí los swings en 36 categorías: seis subdivisiones por ángulo de ataque y seis por dirección del ataque. Aquí está el promedio ponderado de embase que los bateadores lograron para cada combinación de esos datos.
Como te han dicho desde hace tiempo, es bueno jalar la pelota. Claro que una dirección de ataque orientada al jale no implica automáticamente una bola bateada jalada, pero suele ser así, e incluso si la pelota va al campo contrario o al centro, lo más possible es que una bola que se haya extendido para recibirla sea bien golpeada.
Pero esto deja claro que el ángulo de lanzamiento excellent depende, al menos en parte, de la dirección de ataque, y viceversa. Los ángulos de ataque bastante planos (incluso los inferiores a ten°) funcionan bien si te mueves bien con la pelota, pero si la atrapas más profundo y el bate aún no está perpendicular a ella al hacer contacto, es mejor que ya hayas llegado bastante lejos cuesta arriba. De hecho, aunque este tipo de bateo es poco común, el mejor tipo de swing que puedes lograr es estar bastante por detrás de la marca de 0° en dirección de ataque, pero trabajando rápido cuesta arriba. Mientras tanto, la casilla más roja de esa gráfica–lo peor que puede hacer un bateador—es adelantarse mucho a la pelota y lanzarse bruscamente hacia ella.
Sin embargo, no deberíamos sorprendernos. Piensa: ¿qué suele implicar un swing así? Es un bateador que batea antes de tiempo. La mayoría de las veces, se ha dejado engañar por una bola rompiente o un lanzamiento lento, y su ángulo de ataque pronunciado en el hipotético punto de contacto se debe a que su bate ya se curva hacia arriba, saliendo de la zona de bateo. Lo más importante a tener en cuenta al interpretar estos nuevos datos es la forma de la curva generalizada del swing, de principio a fin. Un bateador primero tiene que bajar hacia la zona, luego alcanzar el plano y subir (aunque sea muy ligeramente) a través de su zona de bateo. El ángulo de ataque aumentará constantemente a medida que el bate sale de esa zona; es casi físicamente imposible que esto no ocurra.
Así que, naturalmente, si ves a un bateador tan temprano con un ángulo de ataque tan pronunciado, probablemente para nada esté encontrando la pelota.
Hay dos regiones rojas en esta gráfica: la inferior izquierda y casi toda la extrema derecha. Esto se debe a que hay dos maneras seguras de fallar el swing en las Grandes Ligas: adelantarse mucho a los lanzamientos suaves o retrasarse demasiado a los duros. Si te encuentras en esta última situación, puedes ser derrotado incluso con un swing plano. Sin embargo, en su mayoría, quienes hacen swings planos se benefician de mucho contacto. La mala noticia para ellos es que tienen que sacrificar la mayor parte de su potencia, ya que el impacto proviene de trabajar cuesta arriba en el contacto.
El ángulo de ataque, como promedio de un solo número para un bateador, caracteriza el comportamiento de su bate en la zona. Nos cube si un bateador es tan plano que no es capaz de generar impulso de forma fiable (Travis Jankowski, Harold Ramírez, la versión del año pasado de Brice Turang), o tan empinado que conscientemente (pero quizás sabiamente) intercambia contacto por muchísimos cuadrangulares (Eugenio Suárez, Tyler O’Neill, Colton Cowser), o (para casi todos) algo entre ellos. Sin embargo, es más emocionante que podamos analizar cómo se distribuyen los intentos individuales de los bateadores por batear de cierta manera. Esto aplica tanto al ángulo de ataque como a la dirección, que suele decirnos más sobre el ritmo que sobre la trayectoria del bate, pero que puede influir en parte en esto último, al igual que el ángulo de ataque puede influir en parte en lo primero.
Los swings de mayor valor en el béisbol son aquellos con un ángulo de ataque de 5 a 20 grados, con una dirección de ataque de al menos 5° hacia el lado de jale, siempre y cuando se evite abanicar y fallar en dichos swings. Los cuatro jugadores que mejor combinan la frecuencia y los resultados de dichos swings, desde principios de 2024, son (en cierto orden): Aaron Decide, Kyle Tucker, José Ramírez y Shohei Ohtani. Este tipo de análisis supera la prueba del añejo, ya que nos ayuda a crear distinciones más precisas entre malo y abominable, y entre bueno, excelente y magnífico. Dicho esto, incluso esto es solo un esbozo. Los swings con esas características son los más deseables en promedio, pero esto supone una neutralidad de ubicación y suaviza las diferencias en los perfiles de los bateadores que ya no necesitamos suavizar.
A partir de ahora, será posible una evaluación de bateo más personalizada y granular. Los equipos han contado con estas herramientas durante algunos años, pero ahora podemos evaluar con mayor precisión las fortalezas y debilidades de los bateadores, como lo hacen esos equipos, utilizando marcadores y puntos de referencia que se adaptan a cada bateador y situación.
Esta es una nueva frontera de análisis, y es importante dedicar tiempo a familiarizarse con sus particularidades. Hay demasiado materials aquí para que lo entendamos a la perfección todavía. Eso es lo emocionante.
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