Picture credit score: © Reggie Hildred-Imagn Pictures
Traducido por Marco Gámez
“Abril es el mes más merciless”– T.S. Eliot, La tierra baldía (1922)
“¿Ya llegamos?”– Kevin Kingston (Philip Daniel Bolden), ¿Ya llegamos? (2005)
Me encanta abril. Odio abril. Es el mejor mes y el peor también.
El Día de Apertura es algo que los aficionados al béisbol esperan durante meses, y los aficionados al béisbol de fantasía no son la excepción. De hecho, algunos en la comunidad de las ligas de fantasía estaban tan entusiasmados que empezaron a armar sus equipos en noviembre de 2024 (conozco al menos una liga que está jugando este año y que seleccionó en agosto pasado). Mi mezcla de amor y odio también se extiende a esta práctica. Soy alguien que ama el béisbol de fantasía y, especialmente, ama el proceso de seleccionar, por eso me es fácil entender por qué no puedes esperar para comenzar, pero para mí también, seleccionar un equipo casi cinco meses antes de que comience la temporada convierte los procesos de escogencia de una alegría en una tarea tediosa.
Sin embargo, disfruto de las selecciones, y lo que más disfruto es que cada una de ellas es una oportunidad para armar un rompecabezas con otros 11 o 14 jugadores, donde el resultado closing varía según lo que hagan mis competidores. Si “esperaba” que Logan Gilbert fuera mi as de segunda ronda, pero fue seleccionado 5 o 6 veces antes de su posición promedio de selección y hace rato que no está disponible, ¿cuál sería mi siguiente paso? ¿Selecciono a otro lanzador abridor o a un bateador? Maldigo en voz baja que Gilbert haya sido tomado, pero hay otra parte de mí que está emocionada de que mi perspicacia para el beisbol de fantasía se ponga a prueba. Y algo así sucede en casi todas las rondas de cada proceso de selección.
Luego termina marzo, comienza la temporada common y es un poco… aburrido.
No, no es del todo cierto. Ver juegos de las Grandes Ligas, y en specific observar a los jugadores de mis equipos, es emocionante. Pero ahora he pasado de una mentalidad extremadamente activa a una casi completamente pasiva. A menos que uno de mis equipos haya sufrido múltiples lesiones que los lleven a la lista de lesionados, no tengo mucho que hacer. Claro, hay algunos jugadores ascendidos que son mejores que uno o dos de los peores jugadores en la mayoría de nuestras bancas, pero hay una razón por la que estos jugadores no fueron seleccionados en la última o en la penúltima ronda de reservas del mes pasado. En ligas sin plazas para la lista de lesionados, puede haber un poco más de rotación que permita que un buen reemplazo se escape, pero, de nuevo, no vas a conseguir una selección de sexta ronda en la lista de dejados libres dos semanas después de que termine el proceso de selección.
Durante la última década, cada abril he escrito varias columnas señalando que es perjudicial analizar mucho los datos de las primeras fechas. Hay varias razones por las que esta es una mala práctica, entre ellas:
El tamaño de las muestras es demasiado pequeño.
Si no se analizan tres semanas de datos, por ejemplo, a mediados de agosto para sacar conclusiones generales sobre un jugador, ¿por qué se recurre a esta práctica a mediados o finales de abril?
El caso de “este año es diferente” o el deseo de demostrar que este año es único, aunque es extremadamente raro que “este año” sea una temporada de variaciones.
Demasiadas conclusiones tienen poco o nada que ver con datos procesables y mucho que ver con reacciones basadas en cómo la información limitada impacta a nuestros equipos.
Gran parte de este tipo de análisis intenta estructurar una tesis para que encaje con una conclusión ya alcanzada.
Los puntos anteriores nos explican por qué el tamaño de la muestra en el análisis temprano suele ser una mala praxis analítica. Lo que quizás sea más ilustrativo es por qué realizamos este absurdo ejercicio cada año.
Si produces contenido para béisbol de fantasía, decir “espera, no hagas nada todavía” no es buen materials de lectura ni de escuchar para tu público.
Queremos que nuestra perspicacia en ligas de fantasía se valide. Se siente bien “acertar”.
Es fácil decir “no te dejes llevar por las emociones”, pero si seleccionaste a Mark Vientos en tres ligas entre los 100 mejores, es fácil entender por qué estás frustrado.
Si bien es malo sacar conclusiones precipitadas, también lo es aferrarse a un jugador con bajo rendimiento durante demasiado tiempo y dejar que se acumulen varias semanas de malas estadísticas. Hay casos en los que hacer movimientos temprano es la acción correcta.
Queremos adaptarnos a las “nuevas realidades” de los jugadores que superan o no alcanzan sus estándares profesionales para que podamos hacer o mantener nuestros equipos competitivos.
Me interesa mucho más centrarme en los dos últimos puntos. Como señalé el año pasado por estas fechas, no se puede simplemente ignorar a los equipos hasta el 1 de mayo para evitar toda la información negativa que circula por ahí. Una de las razones por las que escribo esta columna ahora y no dentro de tres o cuatro semanas es que, aunque me haga sentir arrogante, inteligente y superior señalar que las reacciones exageradas tempranas son una mala práctica, no sirve de nada. Al menos quienes ofrecen esos malos consejos intentan ayudar. ¡Menudo perdedor he sido todos estos años, sentado al margen sin hacer nada!
¡Es broma! Pero también, ¿hablo en serio? Una de mis mayores quejas sobre otros analistas es que reaccionan a lo que ya ha sucedido en lugar de intentar averiguar cómo usar esta información para trazar un plan de acción útil. Uno de mis objetivos personales esta temporada es ser un mejor jugador y analista del beisbol de fantasía, y la mejor manera de lograrlo es adelantarme a la información de una manera que ayude tanto a mis equipos como al tuyo.
Tengo dos objetivos para la mayor parte de mis artículos este año:
Escribir más sobre la dinámica de la temporada en lugar de la toma de decisiones semanal o diaria. “¿Debería deshacerme de Jake McCarthy?” es una pregunta que tiene muy poco que ver con lo que ocurra la próxima semana y mucho con lo que sucederá en los próximos cinco meses y medio.
Ofrecer a mis lectores herramientas y orientación útiles para que tomen estas decisiones por sí mismos en lugar de decirles qué hacer. Es valioso confiar en mí (o en cualquier analista) para que les diga que elijan al Jugador A en lugar del Jugador B, pero es mucho más valioso estar preparado para tomar estas decisiones por sí mismos.
Muchas de mis columnas de este año se centrarán menos en consejos específicos para jugadores y más en cómo debería ser tu hoja de ruta para gerenciar tu equipo, de abril a septiembre. La combinación de datos limitados y engañosos hace que navegar por abril sea un desafío, pero desafiante no es sinónimo de insuperable.
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